Hoy Genaro se siente mal.
Hoy Genaro se deprimió.
Hoy Genaro, enojado, pagó el tarro de leche de su pequeño hijo.
Hoy Genaro se acostó en su cuarto, con un calor infernal.
Está enojado porque se dio cuenta de que su felicidad era un engaño,
que lo que fue mierda en Julio sigue siendo mierda en Noviembre,
que, en realidad, poco ha cambiado.
Genaro está enojado porque le imponen,
le imponen encima de lo impuesto,
le imponen trabajo, le imponen dolor,
le imponen vínculos, le imponen.
Le imponen tanto que ha pensado en cambiarse el nombre a ´pendejo impuesto´.
Genaro está harto de la verruga de su mano,
harto de verla, harto de tocarla,
harto de comparar su existencia en este mundo con ella.
Genaro está tan acostumbrado a estar harto, que ya ni se inmuta.
Catorce años lleva la verruga allí.
A veces pica, a veces molesta, pero sigue allí,
consentida por él, como todas sus desgracias.
Genaro se siente deprimido, acalorado y enojado.
Hoy Genaro se siente adicto,
se pone a pensar en que realmente ya no es capaz de soportar sin ayuda.
Genaro hoy se siente adicto,
y no sabe qué elegir: si el porro, la pastilla o la navaja.
Hoy Genaro se siente adicto, pero también generoso.
Se pasa la pastilla con un trago de vodka,
y con la garganta insensible se fuma el porro casi de un jalón.
Genaro está ebrio y drogado.
Genaro ya no está deprimido.
Genaro ya no sabe quién es él.
Genaro se mutila la verruga con la navaja.
Drogado se atreve a lo que no aspiraría sobrio.
Drogado hace lo que sobrio, por falta de huevos, no haría.
Genaro confundía su vida con la verruga.
Genaro, para no pensar, se arranca las dos.
Genaro ha sido.
Genaro fue.
Genaro era.
Adiós Genaro.
Copyright © Todos los derechos reservados
Seguro que la culpa de las desgracias de Genaro, la tiene la verruga. 😉
Me gustaLe gusta a 2 personas
xD ¡Condenada verruga!
Me gustaMe gusta