Me llamo Michael y acabo de mudarme a un suburbio al sur de mi natal ciudad, Tamaza. El tabaco ya no me calma la ansiedad y, con las leyes antidrogas como están, es mejor no arriesgarse a comprar algo ilegal.
—Buenas tardes —dije educadamente—, ¿tiene alprazolam?
—Sólo de 0.5 —me respondió el joven vendedor de la farmacia, sin pizca de amabilidad.
—Está bien —respondí con serenidad—. ¿Cuánto cuestan?
—Treinta y cinco centavos —me respondió el vendedor, con mucha indiferencia, aunque no la suficiente como para insultarlo.
<< ¡Benzodiacepinas sin receta! ¡No está tan mal el nuevo barrio! >>, pensé.
—¿Cuántas quiere?— dijo el vendedor, bastante ansioso, interrumpiendo mis pensamientos.
—Deme 21 —dije amablemente, mientras le daba un billete de $10—, y guarde el cambio.
El vendedor sonrió y su actitud hacia mí mejoró. Quería comprar su malsano aprecio materialista. Después de todo, una farmacia que te vende drogas como caramelos, en estos tiempos, es algo que no se halla fácilmente.
—¡Muchas gracias! —dije con una sonrisa nada fingida, luego de que me entregara mis pastillas—. Pase buena noche.
—Igualmente— me respondió.
—¡Seguro que la tendré!— le respondí con segundas intenciones.
El vendedor no parecía enterado de lo que acababa de suceder, después de todo: ¿qué persona en su sano juicio sabe lo que es una benzodiacepina?
Yo no estoy, ni mucho menos, en mi sano juicio. Juicio tengo, pero muy enfermo. Para mí, estas pastillas no son más que 35 centavitos de felicidad. ¡Salud, insensibilidad emocional y dulces sueños!
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[…] de escribir esa página en el diario, Sara se tomó una pastilla para dormir y se olvidó del asunto. Dejó de escribir por mucho tiempo en su diario. Me pregunto por qué le […]
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[…] me darás un terrenito en las nubes? […]
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[…] cierta cantidad de material radiactivo, planean procesarlo y convertirlo en un potente veneno. El veneno será almacenado en los cuerpos de las exiliadas, para luego enviar a una cucaracha por cada ser […]
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No sé de estadísticas sobre el tema, pero sí intuyo que este mercado de la felicidad legal está en alza y terminará enganchando a la mayor parte de la humanidad. ¿Quién no va a disfrutar de la vida con su propia benzodiazepina?
Salud, que ya es suficiente.
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Así es, amigo. Con salud ya es suficiente, que con salud se sacan las fuerzas para alcanzar las metas y los sueños 🙂
Un abrazo desde Ecuador, amigo Grojol…
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Jajaja 🙂
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Cosas que pasan en algún lugar 🙂
Abrazos…
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