Estaban de fiesta en el salón número ocho. Nada extraordinario para nadie. Una reunión como muchas otras, con la única diferencia de que yo estaba allí.
Fui invitado por el teniente Suárez como gesto de gratitud por una cena que mi familia ofreció y que por lo visto él disfrutó mucho. Yo estaba aburrido desde que llegué, hasta que algo llamó mi atención.
Afuera del salón se podía divisar un muy bien resguardado lugar, con un letrero que decía “Cuartel de las desdichas”. Intrigado, no sé si por el nombre del lugar o por el hecho de su gran resguardo, me atreví, muy sin tapujos, a preguntar directamente al teniente Suárez.
Carraspeando para llamar su atención, le pregunté sin temor:
—¿Qué es el cuartel de las desdichas?
—¿De verdad quieres saberlo?— respondió con una sonrisa algo sombría.
—Sí, me intriga, señor— dije sin dudar, pero mostrando el tono de…
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Amigo, Donovan, te dejo una nominación. Es la primera en la que me enfrasco así que espero te agrade. Es otra forma de decirte que me gusta mucho lo que escribes 🙂
https://llavedecristal.wordpress.com/2015/04/22/primera-flor-para-mi-jardin/
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Hola, Cristal 😀 Es un honor para mi ser nominado por ti. Haré la entrada respectiva.
¡Muchas gracias!
Un abrazo desde el nublado Guayaquil.
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Genial. Abrazo desde Chile 🙂
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