Ya todo era irreversible. Romina había matado a Francisco e hizo todo lo posible por ocultarlo: limpió la habitación, eliminó huellas, escondió el cadáver, buscó coartada, etc. De lo único que no logró liberarse fue de la culpa.
La culpa no la dejaba dormir, la señalaba, la insultaba, la acosaba para que confiese.
Romina decidió que no podía seguir en esa situación. Se sentó y meditó por horas, hasta que al fin halló una solución.
—Culpa, ¡yo te invoco! —dijo Romina al aire.
—¿Llamó la asesina despiadada? —dijo su culpa, que tenía la apariencia de Francisco con el rostro ensangrentado.
—Me vas a joder hasta que decida confesar, ¿verdad?
—Efectivamente, maldita desgraciada.
—Pues bien. Te juro que confesaré. Y vos, a cambio, me dejarás en paz —propuso Romina.
—Anda, lleguemos a un acuerdo. Me gusta ver como te ensucias el alma —respondió su culpa, sobándose las manos de satisfacción.
Siguieron hablando por horas, hasta que al final llegaron a una resolución. Romina hizo un pacto con su culpa: ésta la dejaría en paz hasta que ella sea lo suficientemente vieja como para que la condenen a un arresto domiciliario.
Romina y su culpa convivieron pacíficamente hasta llegado el día, y entonces ella confesó.
Copyright © Todos los derechos reservados
Parece algo inaudito pero fíjate que no lo es tanto, muchos deben de negociar pactos increíbles con la culpa que hasta la acaban poniendo una mordaza y no vuelve a rechistar
Me parece buenísima esa historia y la forma de contarla.
Te dejo un abrazo y mi agradecimiento por tus palabras y por la deferencia que has tenido de llevar un trocito de mi rincón un poquito más lejos…Graciassss
Me gustaLe gusta a 1 persona
Gracias por pasar y comentar, Leha 🙂
Gracias por tus palabras. Es un placer tenerte de visita por esta dimensión…
Un saludo afectuoso ecuatoriano.
Me gustaMe gusta
Pd.: Por si no lo he hecho, aprovecho para invitarte al primer relato del blog, que inició en Septiembre del año pasado: https://donovanrocester.wordpress.com/2014/09/17/el-cafe-de-la-esquina/ 🙂
Un abrazo desde el nublado Guayaquil.
Me gustaMe gusta