Originalmente publicado en: Azahar literario

Ilustración: Blacksmith Dragonheart
Roberto se había quedado sin conexión a internet por falta de pago. Su hermano estaba de visita y le insistió en que debía usar la computadora para un trabajo y que probaría suerte, esperando que regresara la conexión. El hermano se creyó afortunado cuando google.com cargó. Sin embargo, cada vez que realizaba una búsqueda, los resultados dirigían solamente a Wikipedia. Además, los artículos eran muy extraños, así que el hermano de Roberto dejó de usar la computadora y le aconsejó buscar un buen antivirus.
Cuando su hermano se marchó, Roberto quedó intrigado de por qué su computadora realizaba búsquedas aún sin haber pagado la cuenta de Internet. Desconectó el cable de red y los resultados de las búsquedas aún seguían saliendo. El problema era que seguía mostrando resultados extraños. Todos los artículos de la Wikipedia estaban alterados, eran diferentes. Eran resultados que no aplicaban para el mundo real en lo absoluto, pura fantasía. Roberto, amante de la ciencia ficción, se encaprichó mucho. Leía y leía y no entendía nada. También se dio cuenta, luego de pagar las cuentas, de que en la Internet normal no hallaba nada ni remotamente parecido a lo que hallaba cuando desconectaba su computadora de la Internet. Pasó meses leyendo, hasta que se familiarizó con la lógica de aquellos resultados.
Con los años, Roberto adquirió el gusto por la erudición. Pasaba mucho tiempo leyendo artículos tanto de este mundo como del mundo ficticio que leía en su vieja computadora. Leía, comparaba y analizaba. Y, poco a poco, el mundo del que leía dejó de parecerle ficticio, se convenció de la exactitud científica de su existencia.
Hicieron falta veintiún años para que, por medio de tanto estudio, su comprensión de este mundo, y también del otro, llegaran a estar a la par de los últimos avances de la ciencia. Llegó un momento en que sus investigaciones se centraron en la ubicación exacta de dicho lugar. Se dio cuenta de que los datos de la Wikipedia del otro mundo estaban incompletos, entrecruzados o faltaban referencias cuando de la ubicación se trataba.
Mucho tiempo pasó hasta que Roberto descubrió el misterio. Hizo muchas llamadas a científicos y universidades. Se percató de que este mundo y el otro tenían una extraña relación, como si de mundos paralelos se tratase. Cuando descubrió la verdad, quedó impactado: el mito de la tierra hueca no era del todo falso. Sus investigaciones indicaban que, bajo la tierra, había una enorme burbuja que contenía un mundo entero, pero que nadie la hallaba porque estaba en constante cambio de ubicación.
Sus investigaciones prosiguieron. Anunció sus hallazgos a los medios científicos, pero lo tomaron por loco. Muchos años pasaron hasta que Roberto logró ingeniarse un método para ubicar aquella burbuja, aquel mundo. Era ya muy anciano pero, viendo que por fin había descifrado la última pieza del misterio, decidió gastar sus últimos ahorros y marcharse para ver con sus propios ojos el objeto de la investigación que le tomó toda una vida.
Halló dicho lugar. Pudo entrar. Era un sitio enorme, como una gran selva iluminada por un extraño sol pequeño que nunca se ponía. Logró sobrevivir varios días comiendo plantas silvestres, que distinguió fácilmente de las venenosas por el amplio conocimiento adquirido a lo largo de los años. Al estar dentro, se dio cuenta de que sus achaques de vejez se aplacaban, asumió que era por los nutrientes de las plantas.
Se sabía los mapas de memoria, por lo que caminó de manera casi directa al centro de aquel lugar, que era cuna de la única ciudad de aquel mundo. Roberto no se daba cuenta, pero rejuvenecía a cada instante que pasaba. Cuando llegó a la civilización y pudo contactar con la gente, usó su dominio perfecto de la lengua nativa para pedir una audiencia con el Rey. La gente lo miraba con asombro, pero no con desconfianza.
Eventualmente llegó ante la presencia del Rey. Le contó todo lo que tuvo que pasar para llegar, que era más o menos la historia de su vida. Pasaron horas hasta que terminó de contar todo. Todos oían atentamente, sin acotar nada, eran una raza muy educada. Cuando Roberto terminó su monólogo, el Rey dijo:
—QelvaD jIH ghov. ‘ach legh lom. SoH legh Qup vabDot pagh vImuSchugh loD qan Dajatlh. ‘e’ ambicionara nuvpu’ qej ‘e’ laH tIHmey SoH qo’ HoSqu’mo’ eternal pobIQ ‘oH natural.
Roberto quedó impactado, y dijo:
—Vaj pa’ remedy?
El rey le respondió:
— Qo’. ‘ach laH taH SoH naDev law’ adviser. SoH not luj pagh. bo’retlhDaq vay’ ‘Iv rur SoH, deciphering clues, quvvam puH gho’.
Roberto dijo:
—Vaj, ta’be’vaD ghItlhvetlh.
El rey respondió:
— DaH jImej Samsara jatlh. majQa’ Moksha!
Roberto fue dado por desaparecido en el mundo humano. Nunca más se volvió a saber de él.
***
El diálogo traducido al español fue algo como esto:
—Reconozco tu sabiduría. Pero mira tu cuerpo. Te ves joven aunque dices que eres un anciano. Eso significa que no podrás regresar a tu mundo, porque la gente ambicionaría la juventud eterna que para nosotros es natural— dijo el Rey
—¿No hay remedio? —dijo Roberto, casi al punto de la resignación.
—No. Pero puedes quedarte aquí, como consejero. Nunca te faltará nada. Esperábamos a alguien que, como tú, descifrando las pistas, sea digno de pisar estas tierras —respondió el Rey—. Pero a tu mundo no puedo dejarte volver.
—Que así sea, su majestad —dijo Roberto, lleno de emociones encontradas.
—Despídete del Samsara. ¡Bienvenido al Moksha! —gritó solemnemente el Rey.
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En el traductor me da:
«Ghov -QelvaD Jih. ‘Ach desgarrado legh. Informe de mantenimiento legh QUP vabDot Pagh vImuSchugh LOD qan Dajatlh. ‘E’ ambicionara nuvpu ‘QEJ’ e ‘LAH tIHmey informe de mantenimiento qo’ ‘pobIQ eterna’ Oh HoSqu’mo natural.
-vaj pa ‘remedio?
– Qo. Asesor «ley Ach LAH TAH informe de mantenimiento naDev ‘. Informe de mantenimiento no LUJ Pagham. bo’retlhDaq vay » Iv nuevo Soh, pistas para descifrar quvvam puh Gho ‘.
-vaj, ta’be’vaD ghItlhvetlh.
– DAH jImej Samsara jatlh. MajQa ‘Moksha!»
Cuando traduzco del latín. De lo que destaco «Informe de mantenimiento» (que se repite bastante), «pistas para descifrar», «ambicionara», «ley».
Interesante.
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Interesante que investigues 🙂 Estaba jugando con los idiomas en esa época xD
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Reblogueó esto en Mokattz.
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Una bonita narración, la sabiduría no se adquiere en poco tiempo. La ilustración la describe muy bien.
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Hola, Mokattz 🙂 Es un placer ver caras nuevas paseando por esta dimensión. Te invito a pasear todo lo que gustes, siéntete como en tu casa.
Saludos cordiales desde Ecuador.
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Pd.: Si te gusta leer, te invito a leer la revista Salto al reverso #8, en la que colaboro con dos relatos: https://revistasaltoalreverso.com/2015/10/05/revista-8/ …
Un abrazo desde esta dimensión.
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