Por un minuto allí, me perdí a mi mismo.
Y volvería a perderme en tu epicentro.
Y moriría, moriría lo poco que queda de mi.
Lo daría gustoso todo,
con tal de no seguir quemándome en este lugar.
Porque en mi religión personal,
hay infiernos muy parecidos a tu ausencia.
La gente no cambia sin tragedias.
La gente no cambia sin pasión.
Desde esta tristeza me veo tan pequeño.
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[…] Si no me das el cielo, te ruego no me muestres el infierno. […]
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Hola, me gustó este post. Saludos.
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Me alegra que te haya gustado 🙂
Es un placer ver caras nuevas pasearse por esta dimensión de relatos, pensamientos y poesía.
Saludos afectuosos desde Ecuador.
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Pd.: Si te gusta leer, te invito a pasar por este relato que fue publicado en la revista Salto al reverso #6: https://donovanrocester.com/2015/03/08/paciente-21-revista-salto-al-reverso-6/
Abrazos desde Guayaquil 🙂
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