Imagen: Steve Jurvetson
I
Rey del mundo de los sueños, ¿por qué me torturas?
Regálame un terrenito de nubes y déjame descansar.
Si no me das el cielo, te ruego no me muestres el infierno.
Rey del mundo de los sueños, sé que no tienes la culpa.
¿Y si te pago con pedazos pulidos de sueños rotos,
me darás un terrenito en las nubes?
II
Voy a matarte, Rey, voy a despertar y a despreciarte.
¿Qué haces, Rey, por qué conviertes mi alma en ocho hormigas?
¿Por qué detienes el tiempo y me permites excavar en el agua?
Gracias, Dios del mundo de los sueños. Gracias por salvarme del Rey.
Lástima que no llegaste a evitar mi muerte.
Tal vez eso me hacía falta, una muerte que me devolviera la vida.
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Donovan Rocester 
Donovan, ¿sabes? Me transportaste al Donovan niño. ¿Así te sentías cuando soñabas cosas feas? Me gustó mucho. Es como tierno, inquietante, tenebroso, angustioso… Es un clásico Donovan.
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A veces mis poemas no son mis sentimientos, sino de otros.
Me parece interesante que hayas sentido al Donovan niño. He estado haciendo mucho contacto con él últimamente. Tal vez eso es lo que sientes al leerlo (que sientas algo al leerlo, me dice que hay algo bueno en el texto).
Tal vez todos nosotros recordamos nuestro niño interno cuando pasamos por sensaciones de desamparo. La sensación de desamparo sí que es real, la sentí en un sueño. Y esa sensación me llevó a escribir el poema.
Un gran abrazo para ti, amigo Melba. Vos nadas y nada en lo profundo de esta dimensión y, créeme, es un placer 🙂
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Pues me dio gusto haber hecho contacto con el Donovan niño. Eso fue exactamente lo que sentí, desamparo. Sabes que me gusta entrar en tu dimensión. Ya te extrañaba. Un abrazo, mi amigo.
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El enigmático mundo de los sueños, a veces cielo y a veces infierno, dos lugares que desaparecen al despertar y que en la realidad nos dejan pensativo. Excelente cuento-reflexión.
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https://elfenixyelfuego.wordpress.com/2015/01/16/la-tercera-puerta/
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