Originalmente publicado en: Salto al reverso

Ilustración: Blacksmith Dragonheart
Los científicos de cierta raza extraterrestre descubrieron la existencia de una sustancia muy ligera que ocupa todo el espacio como si fuese un fluido. A aquella sustancia la denominaron “éter“. Luego de muchas otras investigaciones, descubrieron también las propiedades del éter. Eso les permitió saber, por ejemplo, que la luz no se desplaza en el vacío, sino que solo puede desplazarse a través del éter. Aplicando dicho conocimiento al campo de las telecomunicaciones, pudieron usar el éter como medio de transmisión de señales.
Luego de nuevos descubrimientos, inventaron dispositivos que permitían leer con precisión cambios muy ligeros en el éter de cierta porción de espacio. Los datos de dichas lecturas podían codificarse y enviarse mediante el uso de ordenadores cuánticos. Con aquella tecnología era posible, por ejemplo, recibir lecturas del cambio del éter de una porción de espacio equivalente al que ocupa una casa. Si dichas lecturas se procesaban en forma de vídeo, podía vigilarse dicha casa y enviar aquellos datos a prácticamente cualquier lugar del universo, a una velocidad casi instantánea, usando las tecnologías de comunicación basadas en el éter. Con el tiempo, aquellos dispositivos de vigilancia fueron conocidos como “cámaras de éter”.
A lo máximo que llegó a avanzar aquella raza extraterrestre, antes de su extinción, fue a crear una cámara de éter que pudiese abarcar la cantidad de espacio equivalente a lo que ocupa un planeta pequeño. Las últimas pruebas se hicieron en un pequeño planeta azul, a varios años luz. La extinción de aquella raza extraterrestre fue provocada por una raza de seres interdimensionales conocidos como “Los Limitantes“. Ellos se apropiaron de la tecnología de las cámaras de éter.
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Computadores cuánticos, qué modernos.
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Un placer leé(r)ter!
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Hola, Joan 🙂 El placer es mío de tenerte aquí, paseando en esta dimensión de relatos y poesía. Siéntete como en tu casa.
Un saludo afectuoso desde Ecuador.
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Ahhhhhh… Donovan, me dio miedito.
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Ese asunto de “Los Limitantes” es espeluznante.
Un abrazo desde Guayaquil, amiga.
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Sí que lo es.
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Me encanta el concepto del éter y como en la antigüedad creían firmemente en él. Me gusta la definición de la RAE: “Fluido sutil, invisible, imponderable y elástico que se suponía que llenaba todo el espacio y, por su movimiento vibratorio, transmitía la luz, el calor y otras formas de energía”. Me acordé de como Platón (que leí un poquito hace poco) hablaba sobre el éter y sobre el mundo que desconocemos, así como en tus relatos (o en la vida real también, probablemente) desconocemos el resto del universo y el resto de los seres que lo habitan, y nuestros ojos están ciegos a la realidad más amplia. Un placer leerte 🙂 https://read.amazon.com/kp/kshare?asin=B00X893JC6&id=tGtx5zKDQIyIAKv5-OAfEA&reshareId=0NPNVP5WB7A0N6WEH77X&reshareChannel=system
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Muy interesante!
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Hola, Gina. Un placer que me leas y que pasees por esta dimensión de relatos y poesía. Siéntete como en tu casa.
Saludos afectuosos desde Ecuador.
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