
Ilustración: Blacksmith Dragonheart
Existía un hombre que nació con el don de hablar con los insectos. Cierto día vio, en un camino muy largo, a un gusano arrastrándose para llegar hasta el final.
El hombre se acercó y lo saludó, le preguntó si quería que él lo llevara en su hombro hasta el final del sendero, porque sentía compasión por él y no quería que se cansara o muriera en el camino.
El gusano, atónito porque un hombre hablaba su idioma, rechazó la oferta. Le dijo: «Gracias, pero puedo seguir por mí mismo. Si no hubieras aparecido, de todas formas hubiera tenido que seguir mi camino. No necesito compasión por el hecho de llevar la vida de cualquier gusano, ni requiero de un trato especial. Sigue tu camino, buen hombre».
El hombre, pensativo, se despidió del gusano y siguió su camino. Al llegar a su destino pensó en las palabras del gusano y dejó de esperar a que un ser más grande que él le tendiera la mano y le ofreciera un atajo a su destino.
El hombre nunca supo que el gusano, al rechazar su amabilidad, le salvó la vida.
[…] Ilustración para un microcuento de Donovan Rocester. […]
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Es una estupenda fabula. da que pensar sobre todo a aquellos que esperan que un ser superior les ayude en lugar de ponerse en marcha y comenezar a trabajar.
Un saludo , buen trabajo.
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Bonita fabula !
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